Descubrí la importancia del exfoliante facial
El uso del exfoliante facial es imprescindible, pero no todas las personas lo tienen entre sus aliados del neceser. ¡Grave error! Si siempre quisiste incorporarlo a tu rutina y nunca supiste cómo, seguí leyendo esta guía para descubrir todos los consejos: por qué y cómo hacerlo, y en qué momento es mejor. ¡Tomá nota!
¿Para qué sirven los exfoliantes?
La piel se renueva cada 28 días de forma natural, eliminando así las células muertas y sustituyéndolas por nuevas. Este mecanismo es clave porque permite que la epidermis se oxigene y absorba correctamente la humedad y los nutrientes necesarios. Lo cierto es que este proceso en muchas ocasiones puede verse afectado, haciéndose más lento, como resultado del paso del tiempo o por determinadas condiciones de salud. Y es por eso que las cremas exfoliantes se convierten en protagonistas absolutas, al cumplir esta misma función a la perfección.
Pero además de permitir la oxigenación correcta de la piel, las fórmulas exfoliantes mejoran su aspecto y permiten que los productos que utilizamos habitualmente penetren mejor y actúen según su función.
Sobre todo si sufrís por acné o exceso de puntitos negros, exfoliar tu rostro unas dos veces por semana te va a dar grandes resultados y ayudará a mejorar mucho la textura. Al poco tiempo de empezar a hacerlo, vas a notar cómo disminuyen las marcas al limpiar profundamente la piel y dejarla respirar. ¡Sí! Los exfoliantes como el Gel Exfoliante De Carbón Pure Active 3 en 1 de Garnier ayudan a desobstruir los poros y evitar así que se formen nuevos puntos negros. Gracias a que contiene carbón activo, arándano y ácido salicílico, purifica, exfolia y los elimina en solo 5 minutos.
¿Cómo utilizarlo?
Como ya te adelantamos, lo mejor es usarlo 2 veces por semana sobre el rostro húmedo para evitar irritar la piel. Siempre hacelo de manera suave, después de la limpieza profunda y antes de colocar tu crema hidratante habitual. Aplicá el gel en las zonas de tu rostro que quieras exfoliar, como los pómulos, el mentón, la zona T y la frente. Dejalo secar por completo y después enjuagalo con abundante agua tibia hasta retirar todo rastro de producto. ¡Así de fácil!
Ahora sí. Ya no hay excusas para no sumar al exfoliante facial a tu rutina de cuidados semanales. ¡Un antes y un después en tu piel!